martes, 26 de junio de 2012

¿Quousque Tandem?


Paciencia.

Si hay una palabra que resume el proceso de la adopción, no hay ninguna mejor que  la palabra PACIENCIA. Quien decide embarcarse en un embarazo de este tipo debe coger su mochila del alma y llenarla de paciencia, mucha paciencia. Porque durante tres, cuatro, cinco.... diez años el mundo se va a detener y toda su vida va a estar condicionada por ese embarazo que no tiene ecografías ni revisiones médicas. Que no sabes si avanza o retrocede y ni siquiera si terminará en aborto.

No hay proceso más opaco ni menos transparente que el de la adopción. Sólo vives pendiente de una llamada de teléfono esperando que alguien te llame para darte LA noticia. No hay listas para ver cómo avanza tu expediente. No hay páginas que puedas consultar para ver en qué puesto estás porque no hay puestos ni hay listas. No hay teléfonos donde alguien te proporcione alguna información porque no la hay y porque todo es subjetivo. Es sólo un eterno esperar con tu mochila de paciencia esperando que alguien en algún sitio se acuerde de ti y seleccione tu expediente.

Todo está sujeto a unas rígidas condiciones que son condición sinequanon pero no suficientes para que el embarazo termine de buen fin. Si estás soltero no te puedes casar porque el proceso aborta y ha de empezar de nuevo. Si quieres cambiar de trabajo, has de pensarlo mucho antes de hacerlo porque las explicaciones que has de dar pueden ser infinitas. Si quieres cambiar de ciudad, debes tener cuidado si es otra comunidad autónoma ya que ese cambio te puede complicar la vida. Parece que todo se detiene. Tu vida se detiene. No puedes tomar decisiones importantes porque esa decisión puede ser el detonante de un aborto prematuro. Y la gente se mantiene quieta. Y espera. Y no hace nada. Y no toma decisiones porque no puede. Y sólo espera.

Y la paciencia te envuelve en un proceso inhumano, opaco y eterno donde la esperanza en el final es lo único que te mantiene. ¿Quousque tanderm....... ?


"El Sarpullío"

El tiempo va demasiado rápido. Otra vez está aquí el futbol. Otra vez tenemos a la sección española en danza y otra vez empezamos a llenar las ventanas y balcones con banderas nacionales. Parece que fue ayer cuando dábamos saltos de alegría por haber ganado el mundial y ya tenemos de nuevo a la Selección prestos a jugar las semifinales de la Eurocopa. 

Qué alegría de selección Española, pero qué pena de España. Cuando paseo por la calle y veo los balcones y ventanas llenos de banderas, nunca pienso que en esa casa hay un español, sino más bien un aficionado al futbol. Nadie coloca banderas en las fiestas locales. Ni en las fiestas nacionales. Ni en una fiesta tan española y universal como el doce de octubre.  Hemos tenido que esperar treinta y cinco años de democracia para ver masivamente banderas nacionales en la calle. Y al final ha sido el futbol, bendito futbol,  el que nos ha hecho perder la vergüenza y comprar una bandera en los chinos para colocarla en el balcón.

Algún día, dentro de muchos años, igual se normalizan las cosas y terminamos de perder la vergüenza. Algún día sacaremos las banderas a la calle cuando haya que sacarlas y no sólo cuando ganemos algo en algún deporte. Algún día llamaremos a las cosas por su nombre y cuando juegue la Selección, diremos "España" y no "la Roja". Que parece que hay gente a la que le da "sarpullio" nombrar la palabra que representa la nación.