miércoles, 19 de enero de 2011

Los políticos no escarmientan

Mientras la madre de todas las crisis golpea con contundencia los bolsillos y la vida de los españoles, nuestros políticos, a lo suyo. Viven en su mundo de ensueño, jugando con los juguetes que le trajeron los reyes magos y gastándose sin pudor el dinero que no tenemos y que con tanto trabajo pagamos el resto de los que tenemos la suerte de currar todavía. "Vamos a jugar a los pinganillos" han dicho los señores senadores. Y ahí los vemos a todos, tan contentos, con su juguetito en la oreja, cambiando con el mando, del catalán al gallego y del castellano al vasco. Haciendo como que no se entienden y lanzando loas por el avance conseguido.

La Constitución española en su artículo 3 dice lo siguiente:

"Artículo 3. El castellano y las demás lenguas españolas
1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el
deber de conocerla y el derecho a usarla.
2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas
Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.
3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio
cultural que será objeto de especial respeto y protección."

Si esto es así y sus señorías son representantes del estado que ampara esta constitución, ¿por qué lo del jueguecito de los pinganillos y la traducción simultánea?. ¿Es que no conocen el castellano?. Pues una de dos, si no lo conocen, no están cumpliendo lo que dice la Constitución y deben irse a sus casas por incumplir la Carta Magna y si lo conocen y escenifican estas gilipolleces, que lo paguen con el dinero de su bolsillo.

Salvando las distancias, bien harían nuestros políticos en echar un vistazo a lo que está pasando en Tunez. Una revolución ciudadana, en la que según tengo entendido, han tenido mucho que ver las nuevas tecnologías como internet y las redes sociales, ha derrocado un régimen dictatorial y totalmente alejado de la realidad de la calle. Hay momentos en los que a la gente normal se le hinchan las narices y estalla y aquí la hinchazón está empezando a crecer demasiado. Quizás deberían estos políticos dejar por un tiempo el coche oficial y patear un poquito las aceras, verían la cantidad de baches que se encuentran.